El eczema facial es una enfermedad de los rumiantes asociada al pastoreo, que se manifiesta por una fotosensibilización secundaria que ocasiona una dermatitis de mayor o menor gravedad, en animales de capa clara principalmente, con fiebre, fotofobia, lagrimeo y descarga nasal, acompañados de edemas en las orejas, párpados y labios, y en ocasiones toda la cabeza. Este cuadro también puede estar acompañado por prurito facial, y en pocos días evoluciona hacia la formación de eczemas, costras y alopecias en las áreas afectadas. Estas manifestaciones clínicas son la consecuencia de las lesiones hepáticas que producen las toxinas de un hongo saprófito (Pithomyces chartarum) que vive de la materia vegetal muerta de los pastos. Estas toxinas (esporidesminas) producen graves lesiones hepáticas que conducen a cirrosis extremas de las que deriva la acumulación en sangre de un metabolito de la clorofila, la filoeritrina. Esta sustancia desencadena una reacción de fotosensibilización en las zonas corporales más expuestas al sol. En el hígado las lesiones macroscópicas consisten en atrofia total o parcial de lóbulos, cirrosis y perihepatitis, y microscópicamente se observa hepatitis periportal y degeneración y necrosis de los conductos biliares, y fibrosis periportal, entre otras lesiones. Como consecuencia de las lesiones hepáticas se ven alteradas las enzimas hepáticas, en especial la GGT (gamma glutamil transferasa), que sirve de indicador para estudios epidemiológicos de la enfermedad.
El hongo Pithomyces chartarum crece en la base de las plantas muertas. El problema aparece al final del verano e inicio del otoño, a consecuencia del comienzo de las lluvias tras una sequía estival. El calor y la humedad favorecen el crecimiento del hongo, multiplicándose la producción de esporas fúngicas. Se han descrito como “parcelas de riesgo” aquellas en las que la hierba tiende a secarse y morir, posteriormente es colonizada por el hongo y con las primeras lluvias del otoño éste comienza su multiplicación. El pastoreo intensivo de las parcelas, incrementa la incidencia del eczema facial ya que ocasiona un agotamiento de los pastos. También se ha descrito una mayor proliferación del hongo y de sus toxinas cuando los pastos están compuestos por gramíneas.
Este problema se describió por primera vez en el País Vasco a finales de los años 80, por investigadores del SIMA (ahora NEIKER), y se ha visto que afecta a otras zonas con similar climatología, como Asturias. Así, junto con los investigadores del Departamento de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria de León acabamos de publicar un exhaustivo articulo donde se describen las lesiones histopatológicas en detalle (Fernández et al 2021).