La influenza aviar de alta patogenicidad es una de las enfermedades que más preocupan a los avicultores y que más pérdidas causa en la producción avícola mundial. Desde finales del 2020 estamos sufriendo una de las peores epidemias de influenza aviar, producida principalmente por el subtipo H5N1 de alta patogenicidad, clado 2.3.4.4b.
Principalmente en los años 2022 y 2023, se ha documentado un incremento de la incidencia de casos tanto en aves domésticas como silvestres y también en su expansión geográfica, afectando a casi todo el mundo. Además del gran número de casos registrados, se han observado cambios importantes en la epidemiología del virus, como la pérdida de la estacionalidad, el producir eventos de alta mortalidad en aves silvestres, afectando también a especies no habituales como los buitres, o algunas aves marinas como los alcatraces o las gaviotas. Además, se han producido saltos a mamíferos y en algunos casos se ha podido documentar transmisión entre ellos, como en el visón americano o los elefantes marinos, produciendo en esta última especie una elevada mortalidad en Perú y Chile. A principios de este año se dieron a conocer los primeros casos de infección en vacuno lechero en Estados Unidos, donde se ha extendido ampliamente la infección y ha afectado a más de 688 explotaciones en 15 estados.
Por otro lado, el virus H5N1 se puede transmitir también a las personas, aunque es poco frecuente y la infección suele producirse tras un contacto estrecho con aves o mamíferos infectados o entornos muy contaminados. Por lo general el curso de la infección con el H5N1 clado 2.3.4.4b, suele ser leve o asintomático, pero de forma ocasional se pueden producir casos más graves. Entre los años 2020 y 2023 se detectaron en todo el mundo 21 personas infectadas, aunque en 2024 solamente en Estados Unidos se han detectado 55. El riesgo para la población general según la Organización Mundial de la Salud es bajo, pero este riesgo es mayor para los colectivos en contacto con animales infectados.
La situación actual en Europa ha mejorado bastante con respecto a los años anteriores, en concreto en España no se han detectado brotes en aves domésticas a lo largo de 2024, aunque sí se ha detectado el virus H5N1 infectando a 12 aves silvestres o cautivas.
En Euskadi, mantenemos un programa de vigilancia de la influenza aviar de alta patogenicidad en colaboración con las Diputaciones Forales y el Gobierno Vasco. Dentro de este programa se lleva a cabo una vigilancia tanto activa como pasiva en las aves domésticas, mientras que en las aves silvestres la vigilancia es principalmente pasiva, lo que implica el análisis de aves encontradas muertas o enfermas.
En mayo de 2022 detectamos los primeros casos de H5N1 de alta patogenicidad, identificamos un total de 32 casos de aves silvestres infectadas que incluían alcatraces, buitres, gansos, gaviotas reidoras, cigüeñas y gaviota patiamarilla, detectando el último caso en junio de 2023.
A lo largo de 2024 se han analizado muestras de 264 aves silvestres y 229 de granja. Todas las muestras de granja han sido negativas, y se han detectado 12 aves infectadas con virus influenza, todos ellos de baja patogenicidad, identificándose los subtipos H6N1 en araos y H13N2 en gaviota patiamarilla. Ambos subtipos son relativamente frecuentes en aves silvestres y no representan un peligro para las aves domésticas, ni requieren de la implementación de medidas de control. Sin embargo, la expansión geográfica del virus H5N1, la transmisión a mamíferos y la imposibilidad de conocer cómo va a evolucionar el propio virus, confieren una alta incertidumbre a la situación actual. Por ello, resulta imprescindible reforzar las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas, especialmente aquellas medidas destinadas a evitar el contacto con aves silvestres y se debe reforzar la vigilancia tanto en explotaciones avícolas como en aves silvestres. Por último, es necesario notificar a los servicios veterinarios oficiales cualquier sospecha de enfermedad, que permita la detección precoz de los posibles focos y la implementación de medidas de control para evitar su expansión. Además, ante la detección de aves o mamíferos silvestres muertos o con síntomas de enfermedad, se recomienda evitar al máximo acercarse a ellos y llamar al 112 para que las autoridades se encarguen de recoger y llevar el ejemplar a unas instalaciones adecuadas donde se encargarán de la toma de muestras para la detección del virus influenza si procede.