El grupo de Sanidad Animal de NEIKER inició hace años una línea de investigación en resistencia genética a la paratuberculosis en colaboración con el Departamento de Genética de la UPV/EHU. Los primeros estudios realizados condujeron a la identificación de 24 marcadores genéticos o polimorfismos de secuencia única de nucleótido en unas 1000 vacas frisonas enviadas a mataderos del País Vasco en un periodo de dos años. Desde 2014 todas las vacas que se analizan a través de CONAFE con la versión Española del Chip EuroG10K y posteriormente EuroGMD se genotipan para estos marcadores de susceptibilidad/resistencia a la paratuberculosis. Posteriormente, encontramos que determinadas combinaciones de cinco de estos marcadores genéticos en cuatro genes candidatos, permitirían clasificar a los animales genotipados en tres grupos de riesgo de progresión de la infección: progreso a formas patentes o más severas de infección, progreso a formas latentes, y el grupo de bajo riesgo. En nuestro estudio más reciente, realizado en colaboración con el departamento de Sanidad Animal del SERIDA en Asturias y de CONAFE, hemos validado la utilidad práctica de estos marcadores para la identificación de animales con un riesgo genético de progresión de la infección hacia formas patentes o más severas. La validación se ha realizado en 100 vacas frisonas de una explotación asturiana que presentaba clínica de paratuberculosis. Para ello, se recogieron muestras de heces para la detección de Mycobacterium avium paratuberculosis (MAP) mediante PCR, y muestras de sangre para la detección de anticuerpos frente a MAP. Los resultados obtenidos han mostrado que los animales clasificados como de riesgo genético a desarrollar formas más severas de infección, presentaban frecuencias estadísticamente más altas de resultados positivos de ELISA y PCR que el resto.
Por otro lado, tomando en cuenta los genotipos de 15656 vacas genotipadas en España en 2016 y 2017, hemos clasificado a estos animales en los grupos de riesgo previamente descritos, observando que los animales con riesgo de progresar a formas patentes o más severas de infección se asociaban con potenciales genéticos más altos. La causa de esta relación antagonista podría tener su origen en que una vaca muy productiva está sometida a mayor estrés metabólico, lo que provocaría inmunosupresión y un aumento de su susceptibilidad a padecer enfermedades como la paratuberculosis. Esto ocurre también para otros caracteres que tienen mucha relación con la producción de la leche. Por ejemplo, es difícil encontrar vacas con alto potencial de producción de leche y con potencial genético también alto para recuento de células somáticas, días abiertos o para fertilidad. A la hora de seleccionar a los animales se deberá buscar un equilibrio entre todos los caracteres que entran actualmente en los índices de selección y la susceptibilidad a la paratuberculosis. Para mejorar la productividad, lo óptimo sería dejar como recría a las terneras de las mejores vacas para los caracteres de producción y de salud, pero también teniendo en cuenta la longevidad. De esta manera, se necesitaría reponer menos animales, lo que a su vez permitiría ser más exigentes con las vacas seleccionadas como reproductoras.
El aumento de la fiabilidad de los nuevos marcadores genéticos asociados a la paratuberculosis que se consigue con el empleo de las nuevas tecnologías genómicas, y la mejora de la información aportada por el genotipado de los animales a nivel de genoma completo, harán que en un futuro próximo sea posible incorporar la resistencia genética a la paratuberculosis a los índices de selección genética.
Para más detalle, este estudio está publicado en la revista científica Heliyon: https://doi.org/10.1016/j.heliyon.2020.e04254
Proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “Soluciones innovadoras e integradas para el control de la paratuberculosis bovina basadas en genómica y transcriptómica” (RTI2018-094192-R-C21).