La citometría de flujo es una tecnología que permite medir simultáneamente múltiples parámetros de una célula o partícula en suspensión como pueden ser su tamaño, forma y complejidad y también cualquier componente celular o función que pueda ser marcada con un fluorocromo. La suspensión a analizar se inyecta al fluido laminar haciendo que las células o partículas pasen alineadas de una en una por delante de un láser que incide sobre la célula a su paso. La luz dispersada frontalmente nos dará información sobre el tamaño de la célula, mientras que la dispersión lateral nos proporcionará información sobre la complejidad celular (granularidad y morfología celular). Las células que se hayan marcado previamente con un fluorocromo o que posean fluorescencia propia emitirán además una señal que será recogida por los fotodetectores correspondientes. Las señales ópticas son transformadas en señales electrónicas que son digitalizadas para su análisis informático.
Son numerosas las aplicaciones de la citometría de flujo en campos como la inmunología, hematología, oncología, anatomía patológica y biología celular. Esta tecnología es capaz de proporcionar una información cuantitativa sobre cada célula permitiendo la identificación de subpoblaciones celulares diferentes dentro de una misma muestra, incluso cuando se encuentran en una proporción muy pequeña. De esta manera, se presenta como una técnica ventajosa frente a otros métodos bioquímicos de análisis celular, en los que se obtiene un resultado promedio para toda una muestra. El hecho de poder recolectar información de millones de células a la vez facilita el análisis de múltiples parámetros pudiendo obtener datos estadísticamente significativos en un periodo de tiempo corto.
En el Departamento de Sanidad Animal de NEIKER se lleva trabajando en el desarrollo y evaluación de vacunas para al control de enfermedades que afectan tanto al ganado doméstico como a la fauna silvestre. Las vacunas se diseñan para activar determinados tipos celulares con el objeto de prevenir o reducir la infección por un determinado agente patógeno. Por lo tanto, el desarrollo de vacunas es dependiente de la posibilidad de monitorizar y caracterizar la respuesta inmune en los animales. En este sentido, la citometría de flujo permite llevar a cabo ensayos de inmunofenotipado y de funciones celulares y detección intracelular de citoquinas. El inmunofenotipado consiste en la cuantificación de poblaciones y subpoblaciones de células inmunes (células T CD8+, células T CD4+, células B, neutrófilos, monocitos, etc) aisladas a partir de sangre, leche, calostro, etc. La presencia de determinadas subpoblaciones y su proporción permitirá clasificar a los animales en función de su estatus inmunitario. Algunos ejemplos de funciones celulares que pueden ser activadas tras la vacunación y evaluadas por citometría de flujo son la fagocitosis, la explosión oxidativa y la formación de trampas extracelulares, procesos que tienen como resultado la destrucción de agentes infecciosos. Por otro lado, las citoquinas son moléculas secretadas por las células inmunes que ejercen sus efectos a nivel local o sistémico. Medir la concentración de citoquinas en sangre periférica muchas veces no es útil si no se conoce qué tipo celular la ha secretado. Mediante protocolos de tinción intracelular de citoquinas se pueden identificar y cuantificar las citoquinas y las células que las producen.
Aunque en estos momentos el mayor uso del citómetro de flujo en nuestro departamento se concentra en aplicaciones inmunológicas, la versatilidad del aparato permite llevar a cabo protocolos en otros campos que pueden complementar y acelerar el diagnóstico veterinario.