Anualmente incrementa la demanda de trasplante de órganos en el mundo y muchos pacientes fallecen estando en la lista de espera. Por ello surgió la idea de trasplantar órganos de procedencia animal que permitiesen al paciente ganar tiempo hasta recibir el órgano humano necesario. El término utilizado para este procedimiento clínico-quirúrgico es ‘xenotrasplante’ (del griego ξένος, xenos, que significa extraño, extranjero, ajeno) que se define como el acto de trasplantar órganos, tejidos o células de una especie animal a otra. Más allá de la fabulación y las pruebas sin base científica, la investigación sobre los xenotrasplantes se inicia a principios del siglo XX, y tras experimentar con diferentes especies, ha llevado a demostrar que el cerdo es la especie más idónea como fuente de órganos para el ser humano por su alta compatibilidad genética y por su facilidad de cría, entre otras. Sin embargo, presenta algunas limitaciones médicas como la posible transmisión de enfermedades interespecíficas (zoonosis), diferencias en esperanza de vida, e incompatibilidad de tamaño de órganos, además de su principal problema; la barrera inmunitaria, manifestada por el rechazo hiperagudo por parte del organismo humano receptor.
Para superar estas limitaciones es necesario intentar ‘humanizar’ al cerdo donante y aquí entra en juego la ingeniería genética. El logro médico más relevante hasta la fecha, ocurrió el pasado enero 2022, cuando, por primera vez se trasplantó el corazón de un cerdo genéticamente modificado a un paciente en la Universidad de Maryland, en EE.UU. Este hito se ha alcanzado en gran parte gracias a los avances en la edición genética. De hecho, el gran salto cuantitativo y cualitativo ha sido el desarrollo de las nuevas técnicas de tipo CRISPR-Cas 9 que permiten el silenciamiento de genes (knock-out) y la introducción de genes o transgénesis. En este caso, el donante fue un cerdo transgénico con 10 modificaciones en su ADN.
La supervivencia de 2 meses del paciente trasplantado que, finalmente, parece haber sucumbido a la infección por un citomegalovirus porcino, ha supuesto un paso gigante para la comunidad científica porque ha demostrado que es posible evitar el rechazo y que el siguiente paso es prevenir las complicaciones infecciosas de la inmunosupresión necesaria. Esto supone un reto que subraya la importancia de la multidisciplinariedad necesaria en el aspecto de prevenir las zoonosis. Efectivamente, para poder llegar a este punto, la contribución de diferentes disciplinas científicas y filosóficas es inestimable, ya que se requiere, no solo producir un material de alta calidad y seguridad, sino que es necesario analizar y definir bien todas las facetas jurídicas, económicas, religiosas y bioéticas que el procedimiento plantea.
Para tener en cuenta todas esas perspectivas, nuestros compañeros de NEIKER, los doctores Ramón A. Juste como Vicepresidente Veterinario, y Medelin Ocejo como Presidenta de Sección de Veterinaria, a instancias del Presidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao (ACMB), organizaron, en colaboración con el Colegio de Veterinarios de Bizkaia (COVB) y su presidente, Alvaro Mateos, y expresidente, el Dr. Paco Dehesa, la jornada ‘Xenotrasplantes: un reto interdisciplinar’. Este evento, moderado por la doctora Ocejo, que se celebró en la sede del COVB el pasado 31 de marzo abordó el tema desde diferentes enfoques: veterinario, médico, biotecnológico y bioético y tuvo un gran éxito de público, especialmente, en su versión en línea.
El programa de la jornada se puede consultar en el enlace: https://www.acmbilbao.org/agenda/xenotrasplantes-un-reto-interdisciplinar-colegio-de-veterinarios-de-bizkaia-seccion-de-veterinaria-acmb/
y la grabación está disponible en https://www.youtube.com/watch?v=vhddKkI2PHc.
Fotografía: Imagen creada con Biorender.com