Estamos en la época del año en que la garrapata Rhipicephalus bursa se encuentra activa, por lo tanto su presencia es más abundante en la vegetación. Es importante tenerlo en cuenta puesto que esta especie de ixódido es vector de diferentes agentes patógenos entre los que se encuentran los piroplasmas. La semana pasada llegó una oveja para necropsia al Servicio de Diagnóstico de NEIKER, procedente de una pequeña explotación de ovejas de raza Romanov en la que había habido 3 bajas en los últimos días. Las ovejas afectadas solo mostraron fiebre, anemia y anorexia, y la muerte tuvo lugar en 48h. En los análisis de sangre observamos abundantes piroplasmas de morfología compatible con Babesia ovis. Y de los piroplasmas que pueden afectar al ganado ovino, ésta es la especie más patógena.
Las explotaciones ovinas de raza Latxa, suelen estar en contacto con garrapatas de forma permanente, ya que durante varios meses al año utilizan bien zonas de monte, o bien zonas de pastoreo con vegetación arbustiva más o menos densa, y donde las garrapatas encuentran un entorno adecuado para su mantenimiento en el medio natural. Por lo tanto, el contacto frecuente con garrapatas infectadas hace que los animales mantengan una inmunidad ante la reinfección de una forma continuada. Por ello en general en los rebaños latxos es raro ver casos de Babesiosis ovina, salvo excepciones, y el máximo riesgo se da cuando se introducen razas importadas sensibles a la infección.
El último gran brote de babesiosis ovina diagnosticado en NEIKER fue en 2013, también ocurrió en esta época del año, y alcanzó una mortalidad del 60%. Se trataba de una explotación de raza Latxa que había incorporado ovejas de raza Assaf de Castilla-León, que nunca habían tenido contacto con garrapatas. En el momento que salieron al pasto, los animales se infestaron con R. bursa, y empezaron a mostrar hipertermia, signos de debilidad, anorexia y hemoglobinuria, y comenzaron las bajas. En las necropsias realizadas se descartaron otros procesos hemolíticos como leptospirosis, intoxicación por cobre o clostridiosis, y los análisis parasitológicos y moleculares identificaron que la causa de las muertes fue Babesia ovis.
La parasitación por garrapatas, acompañada de fiebre, anemia y hemoglobinuria, es un indicador para sospechar de un caso de babesiosis en esta época del año, es decir, durante el final de primavera y comienzo del verano. La confirmación del caso precisa del apoyo del laboratorio, y afortunadamente, hay tratamiento eficaz.