El pasado 27 de junio se celebró el Día Mundial del Microbioma, una ocasión especial para destacar el fascinante y diverso mundo de los microorganismos, así como su relevante papel en la salud de los seres vivos y el medio ambiente. El microbioma se refiere a la comunidad de microorganismos (bacterias, arqueas, protistas, hongos y virus) que habitan un entorno específico, como el cuerpo de un hospedador, el suelo o el agua. Estos microorganismos coexisten en simbiosis con su entorno y el hospedador, interactuando de manera dinámica y continua.
Gracias a los avances tecnológicos en secuenciación de ADN, el estudio del microbioma ha experimentado un crecimiento exponencial, revelando una serie de hallazgos y aplicaciones importantes. Esto ha llevado a una caracterización más profunda del microbioma, descubrimiento de nuevas especies microbianas y la identificación de genes y funciones microbianas específicas que pueden tener implicaciones directas en la salud del hospedador.
En el ámbito de la sanidad animal, la investigación del microbioma adquiere una relevancia significativa debido a su estrecha relación con la salud, producción y bienestar de los animales. Los microorganismos desempeñan un papel fundamental en diversas funciones fisiológicas y metabólicas, contribuyendo a la digestión de alimentos, síntesis de metabolitos, modulación del sistema inmunológico y protección contra patógenos, entre otras.
Entre los numerosos resultados de estudios sobre el microbioma, se ha descubierto que una microbiota equilibrada y diversa es crucial para el mantenimiento de la salud animal. La pérdida de diversidad microbiana, conocida como disbiosis, se ha asociado con diversas enfermedades en animales, como trastornos digestivos, alergias y enfermedades metabólicas.
Se ha visto que la composición y funcionalidad del microbioma intestinal pueden ser influenciadas por factores externos, como la dieta. Por tanto, también se han llevado a cabo estudios para modular el microbioma a través de cambios en la alimentación. Los probióticos y prebióticos no solo se pueden utilizar como una forma de prevenir la colonización de patógenos dañinos sino también para mejorar la eficiencia alimentaria incrementando el rendimiento productivo, todo ello con implicaciones positivas también en términos de bienestar animal.
Se ha descubierto que ciertas bacterias intestinales estimulan la producción de moléculas y células que fortalecen el sistema inmunológico, así como microorganismos que son capaces de producir compuestos antimicrobianos naturales que inhiben el crecimiento de patógenos. Estos hallazgos abren nuevas posibilidades para el desarrollo de terapias alternativas en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos, un problema de salud global.
En resumen, la investigación del microbioma en el ámbito de la sanidad animal ha demostrado su relevancia en la salud, producción y bienestar de los animales. Los descubrimientos en este campo han abierto nuevas perspectivas para el diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades, así como para la mejora del rendimiento productivo. En el Departamento de Sanidad Animal de NEIKER, también llevamos a cabo estudios enmarcados en proyectos (MILKBIOTA: PID2019-106038RR-I00 financiado por MCIN/ AEI /10.13039/501100011033 e INFLUOMA: PID2020-114060RR-C31 financiado por MCIN/ AEI /10.13039/501100011033) de los que os hemos hablado en entradas anteriores con los que pretendemos contribuir a la expansión del conocimiento en esta área. Aún queda mucho por explorar, pero a medida que continúe la investigación, se espera que emerjan nuevas aplicaciones prácticas en el campo de la sanidad animal, brindando beneficios tanto para los animales como para los seres humanos.