Históricamente se ha aceptado que la memoria inmunológica era una característica exclusiva de la respuesta inmunitaria adaptativa y que este tipo de respuesta no era congénita, sino que se aprendía. Ese aprendizaje se origina cuando el sistema inmunológico se encuentra con agentes externos (antígenos de un patógeno en un proceso de infección o de vacunación) y la inmunidad adquirida aprende a atacar estos antígenos y a desarrollar una memoria (un protocolo de ataque) que con el tiempo le permitirá desarrollar respuestas más rápidas y eficaces que las que se produjeron en el primer encuentro con ese antígeno en concreto.
La inmunidad innata, por lo contrario, se ha diferenciado por la imposibilidad de montar esa memoria inmunológica y se ha considerado una respuesta rápida e inespecífica. Gracias a numerosos estudios, se ha demostrado que la respuesta innata sí es capaz de adaptarse, aprender y generar memoria tras un encuentro previo con un patógeno en un proceso del que hemos hablado en entradas anteriores y que se denomina inmunidad entrenada. Las células encargadas de la respuesta inmune innata son monocitos (posteriormente diferenciados a macrófagos), neutrófilos, eosinófilos, basófilos y células NK (linfocitos natural killer). Hoy en día, el estudio de cómo cambian los monocitos y neutrófilos tras la vacunación y/o la infección ha ayudado a que se avance en el área de la inmunidad entrenada y ha permitido identificar nuevos mecanismos de acción en vacunas existentes.
El Departamento de Sanidad Animal dará continuidad a esta línea gracias a la financiación por parte de la Agencia Estatal de Investigación de un proyecto coordinado con la Universidad de León (ULE) (Unveiling early immune responses and trained immunity associated to paratuberculosis vaccination and infection in cattle-PARAINVAX, PID2021-125807OB-C22). Dicho proyecto tiene como objetivo principal conocer cómo se produce la interacción hospedador-patógeno en las fases iniciales de la paratuberculosis, en animales vacunados y no inmunizados, con especial atención a los mecanismos de la respuesta inmune innata entrenada mediada por neutrófilos y macrófagos. Para ello, se llevarán a cabo experimentos de vacunación, en ovino (ULE) y en bovino (NEIKER), en los que se evaluará la actividad de dichos tipos celulares frente a Mycobacterium avium subsp. paratuberculosis (Map), pero también frente a otros patógenos de interés en bovino de leche y se determinará si realmente existe una reprogramación epigenética tras la vacunación y/o infección. De esta manera, al profundizar en el conocimiento de los mecanismos que intervienen en la patogenia de la infección por Map, y los asociados a la protección vacunal, ambos en fases iniciales, se generarán directrices para el desarrollo de vacunas nuevas o mejoradas y de procedimientos más efectivos de control.